Día 8: Primer día de segundo programa

  Con todo lo del cambio de programa, madrugo un día más, despertándome a las 7:30 para encontrarme con mi nuevo grupo, que, tras 11 horas de vuelo, ha llegado.

  Me despido rápidamente de mis compañeras, que duermen en mi mismo cuarto, y me dirijo al comedor del albergue. Minutos después, un gran grupo de unas 30 personas llega.

  Si algo tiene de interesante este programa es que es muy diferente al resto. Estamos juntos dos grupos: los de Escape to Fiji, cuyo programa dura una sola semana, y los de Big Fiji Explorer (su primera semana es igual que la nuestra, pero hacen una segunda con diferentes actividades). A diferencia de lo que suele organizar Rustic Pathways, en esta ocasión estaremos moviéndonos por toda la isla principal, visitando diferentes sitios, e incluso volveré a ir a Malakati.

  Desayunamos todos juntos y poco a poco les voy conociendo. Lo malo de los cambios de programa es que ellos ya han tenido más de 11 horas para conocerse y hablar, y yo vengo de otro programa, por lo que, obviamente, no cogí el avión con ellos. Afortunadamente, muchos de ellos son muy agradables, así que poco a poco voy haciendo amistades.

  Una vez listos, nos informan sobre el plan del día: hoy iremos a Robinson Crusoe, una isla puramente turística, en donde se llevan a cabo una serie de actividades interesantes. Nos cambiamos y en cuanto estamos listos un autobús nos lleva hasta un pequeño puerto donde nos recogerá el barco para llevarnos a Robinson Crusoe.

  A decir verdad, choca mucho ver cómo hay gente que va a Fiji y solo ve eso: resorts chulos, islitas monas donde se puede uno bañar o pasar el día… cuando en realidad hay muchísimo más.

  Robinson Crusoe es un lugar hecho para vender: nos recibe un grupo de chicos disfrazados de “nativos”, y luego nos dirigimos todos a la terraza principal, en el centro de la isla, donde nos hablan de las actividades. Será un día de relax, así que me dirijo a la playa, donde hago kayaking y me baño con otras chicas.

  A mediodía, nos llaman para comer en el buffet que hacen, que está riquísimo, y después nos sorprenden con un meke muy distinto al que vimos en Malakati: este usa música pop (¿?)

  Por la tarde participamos en un tour por la selva de la isla, en el que hablan sobre las distintas plantas. En Fiji, al no tener un buen acceso a sanidad, se ven obligados de utilizar lo que la naturaleza les da para curarse. Por ello, si se caen o hacen una herida, si se queman, si cogen una infección… siempre hay una planta que se tienen que tomar, restregar (o lo que sea) para curarse. Los medicamentos se usan poco.

  El día se pasa rápido y pronto volvemos al hostal. Nuestros monitores nos piden que metamos la ropa de los tres siguientes días en una pequeña mochila porque nos dirigiremos a Pacific Harbour, la ciudad de la aventura y la adrenalina, el próximo día, y no podemos ir con la maleta para arriba y para abajo.

  La mayoría de las chicas están agotadas, así que no tardamos en ir a dormir.